MADRID,
El Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, presidió hoy en la plaza de Oriente de Madrid la Misa de envío de la Misión Joven, ocasión que aprovechó para advertir de la “mucha la oscuridad espiritual que cubre el horizonte intelectual, cultural y humano en el que se mueven nuestros jóvenes en la actual sociedad madrileña".
La Eucaristía, concelebrada por los Obispos de Getafe y Alcalá, y por los tres Obispos Auxiliares de Madrid y el Auxiliar de Getafe, además de unos 50 sacerdotes, reunió a unas seis mil personas, según estimaciones de la arquidiócesis de Madrid.
"Nos duelen los jóvenes de esta gran comunidad humana, por tantos conceptos admirable y dinámica que es Madrid, pero, por tantos otros, dura, difícil y compleja para que sus jóvenes puedan ser capaces de poder enderezar la vida conociendo cuál es y en qué consiste su sentido, dónde se encuentra su meta y en qué dirección hay que caminar para alcanzarla", afirmó el Purpurado.
En su homilía, el Cardenal dijo "constatar con frecuencia" cómo "muchos de esos jóvenes, más aún, no pocos de los que cultivan la vida de nuestras comunidades parroquiales y de nuestros colegios católicos, padecen esa situación de duda y vacilación que angustiaba al apóstol Tomás y que le movía a sincerarse con Jesús, preguntándole: 'Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podremos saber el camino?'".
“La luz solamente vendrá de Cristo”
Así, llamó la atención sobre "este Madrid de comienzos del Tercer Milenio cosmopolita y abierto a todas las influencias ideológicas, a los estilos de vida más diversos, fascinado por concepciones morales y religiosas las más contradictorias y, muchas veces, las más vacías y absurdas".