BUENOS AIRES,
Ante el inminente tratamiento en el Congreso de la Nación de la nueva Ley de Educación, el episcopado argentino recordó que “una concepción integral de la educación incluye necesariamente la dimensión trascendente del hombre” e instó a que la nueva legislación no excluya a Dios.
Así lo expresó este viernes la Conferencia Episcopal Argentina en una carta dirigida “al pueblo de Dios, a los legisladores y autoridades, y a todos los hombres de buena voluntad” y difundida al término de su 92º Asamblea Plenaria en la que los prelados deliberaron durante seis días en la localidad de Pilar.
En la misiva, los obispos recuerdan que “el rol principal y subsidiario del Estado debe conjugarse con el derecho natural e inalienable de los padres a elegir para sus hijos una educación que responda a sus propias convicciones y creencias, sin discriminación alguna. Resulta irrenunciable sostener el principio de libertad de conciencia como un derecho de las familias, de los educadores y de los educandos”.
Ante la próxima sanción de la nueva legislación, el episcopado recuerda que “una concepción integral de la educación incluye necesariamente la dimensión trascendente del hombre” y señala que los niños y jóvenes argentinos merecen una Ley “que contemple en plenitud las aspiraciones de la persona, que no sólo se expresa en su dimensión social, laboral y científica, sino que busca las alturas de un horizonte cultural, espiritual y religioso”.
“En este sentido –continúan los obispos–, aspiramos a que una ley de educación para todos los argentinos dé la posibilidad a cada educando de conocer, amar y creer en Dios, Creador y Padre de todos”.
Más adelante, la carta señala que “el sentir común de la sociedad es que la escuela en Argentina esté al servicio de un desarrollo pleno del hombre como persona en sus dimensiones física, intelectual y afectiva, sociocultural, espiritual y religiosa, sin descuidar el aspecto laboral y comunitario”.