MADRID,
El Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, afirmó hoy durante su homilía en la Eucaristía de la festividad de la Virgen de la Almudena que "lo que está ocurriendo con el tratamiento, verdaderamente desalmado, del derecho a la vida del no nacido, incluso en los últimos meses del embarazo de la madre, es decir, con la práctica de los abortos tardíos, clama al cielo".
Asimismo, el Purpurado afirmó que "el Madrid de hoy" necesita asentar de nuevo los fundamentos éticos de la vida en común sobre "los principios de la dignidad inviolable de la persona humana, creada y redimida por Cristo, de sus derechos fundamentales y de los del verdadero matrimonio y de la familia, atendiendo siempre a las exigencias solidarias del bien común".
Del mismo modo, el Cardenal manifestó en su homilía que "la memoria histórica de la Almudena nos lleva a recordar" un "dato fundamental para entender la historia de Madrid en el segundo milenio: Madrid fue en todo este tiempo una comunidad humana creyente". "Sus familias, la práctica totalidad de sus habitantes, creyeron y creían en Dios", aseveró.
La Misa solemne en honor de la Virgen de la Almudena fue seguida por más diez mil madrileños que abarrotaban la Plaza Mayor. Fue concelebrada por los obispos auxiliares de Madrid, por el Nuncio en España, por el Obispo de Getafe y por el Obispo de Alcalá de Henares, entre otros.
A la celebración asistieron asimismo distintas autoridades civiles y políticas, entre ellas la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre; varios consejeros del Ejecutivo autonómico; el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros.
La imagen de la Virgen de la Almudena, que presidió el altar situado ante el edificio de la Junta de Distrito, salió a las diez y veinte de la mañana de la catedral y fue llevada en procesión por las calles del centro de Madrid hasta llegar a la Plaza Mayor, donde fue recibida por los aplausos de los miles de madrileños que asistían a la ceremonia.