VATICANO,
La Sala de Prensa de la Santa Sede publicó un comunicado sobre la XI Reunión del Consejo Especial para América de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos dando a conocer los temas expuestos con particular evidencia: la pastoral vocacional y la promoción de la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
En el comunicado se lee: “La situación social y eclesial en el continente muestra signos de esperanza, pero también de preocupación. En cuanto a la política, la crisis de las estructuras democráticas favorece formas populistas y demagógicas de gobierno, con frecuencia de signo neomarxista y tendiente a manipular, por motivos ideológicos, la promoción social. En las Naciones de América Central y Meridional se muestran graves problemas de pobreza, de inmigración y de violencia unidos al narcotráfico y al comercio de armas. El proyecto de ley que prevé la extensión del muro a la largo de la frontera Estados Unidos-México no resolverá el problema del flujo migratorio entre los dos Países y no servirá para realizar una política coordinada y humanitaria de la migración”.
Asimismo se desarrollaron algunos de los temas tocados en la exhortación Ecclesia in America. Bajo el título Los desafíos para la familia cristiana, “se denuncian las insidias del aumento de los divorcios, de la difusión del aborto, del infanticidio y de la mentalidad contraceptiva, alentando una decidida reacción a tal mentalidad con el incremento de iniciativas pastorales dirigidas a las familias, sobre todo en un continente, como es América, caracterizado por un notable desarrollo demográfico. En una apropiada catequesis no debe cansarse de reafirmar “que el fundamento de la vida humana es la relación conyugal entre marido y mujer, relación que entre los cristianos es sacramental”.
Trata también el n. 63 bajo “el título Cultura de muerte y sociedad dominada por potentes, destaca que las víctimas más golpeadas son los más pobres y débiles: niños no nacidos, víctimas indefensas del aborto; ancianos y enfermos incurables, objetos de eutanasia; tantos otros seres humanos puestos al margen por el consumismo y por el materialismo”.
“La defensa de la vida se impone como una tarea fuertemente actual y frente de tentativos directos a introducir o incrementar el aborto. En algunas Naciones faltan además leyes precisas sobre el aborto y la experimentación genética. La cuestión del aborto es muy debatida y lamentablemente ha causado una polarización entre los católicos”.
Sobre los signos positivos destaca “el aumento de las vocaciones al sacerdocio y sobre todo en el clero secular. En un continente con numerosos jóvenes, es necesario cultivar los ambientes en los que nacen las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, e invitar a las familias cristianas a ayudar a los hijos cuando se sientan llamados a seguir tal camino, con una especial atención por las vocaciones indígenas”.