VATICANO,
Al recibir hoy a los prelados de la Conferencia Episcopal de Zambia, el Papa Benedicto XVI recordó que es tarea de los obispos "guiar a los fieles en el camino que lleva a la santidad” y les pidió que comuniquen, especialmente a los sacerdotes, “la alegría de servir al Señor con un desapego apropiado de las cosas de este mundo".
En su discurso a los obispos que han realizado su quinquenal visita “ad Limina”, el Santo Padre les animó a “impulsar a vuestro pueblo a la práctica de la oración y a la santidad, descubriendo el tesoro de una vida asentada en la fe en Cristo. La luz de la santidad, que brilla en cuantos lo han descubierto, se enciende en el momento del bautismo, que libera al creyente del dominio de pecado, de una existencia llena de miedo y superstición y lo llama a una nueva vida".
El Papa indicó asimismo que es tarea de los prelados “guiar a los fieles en el camino que lleva a la santidad, con sabios consejos, firme decisión y afecto paternal", y subrayó la importancia de este deber en las relaciones con los sacerdotes, que “a veces pueden sentirse arrastrados por las muchas tentaciones de la sociedad contemporánea”. "Como pastores y padres –recalcó– debéis comunicarles la alegría de servir al Señor con un desapego apropiado de las cosas de este mundo".
"Creemos que la Iglesia es santa. Cuando alentáis a vuestros sacerdotes a vivir vidas santas conforme a su llamada, cuando predicáis el amor generoso y la fidelidad en el matrimonio y exhortáis a practicar las obras de misericordia, recordadles las palabras del Señor: ‘Vosotros sois la luz del mundo’. Mostrad la compasión de Cristo sobre todo con los pobres, los refugiados, los enfermos y los que sufren”, agregó.
Más adelante, el Pontífice exhortó a los obispos a instruir a sus fieles "acerca del valor y la práctica de la oración, sobre todo litúrgica, donde de modo sublime la Iglesia se une con Cristo, Sumo sacerdote, en su intercesión eterna para la salvación del mundo".
En este contexto, el Papa les recordó que la Iglesia alienta también las "formas populares de piedad". "Enseñad siempre, por lo tanto, el valor de la intercesión de los santos, que son grandes amigos de Jesús, y en particular la intercesión especial de María, su Madre, siempre atenta a nuestras necesidades", apuntó.