MADRID,
El Arzobispo de Zaragoza, Mons. Manuel Ureña, recordó que el matrimonio entre un hombre y una mujer “es irrescindible, es eterno; porque el vínculo es el vínculo existente entre dos realidades, fruto de dos expropiaciones que forman una realidad en sí mismo, objetiva, la cual es indestructible".
Mons. Manuel Ureña, Arzobispo de Zaragoza, presidió el pasado sábado en el Santuario de Torreciudad la 17° Jornada Mariana de la Familia que tenía como objetivo agradecer la visita de Benedicto XVI a Valencia y ponerse bajo la guía de la Virgen de Torreciudad.
Ante unas diez mil personas, el Prelado celebró una Misa y durante la homilía expresó que el encuentro servía "para celebrar el matrimonio como expresión privilegiada, en el mundo del amor que Dios es y Dios ama".
"Celebrar la familia incluye, natural como espontáneamente, celebrar el matrimonio entre un hombre y una mujer, por que ese es el verdadero matrimonio. Celebramos a la familia en su realidad creada y por tanto en su realidad natural, como algo que emerge de la misma naturaleza del hombre, mutante y cambiante pero ante la cual se estrella toda ideología", afirmó Mons. Ureña.
Asimismo, manifestó que "podrán cambiar los tiempos y las modas pero lo que es natural, grabado en el ser humano desde el mismo día de la creación, no lo podrá cambiar nunca nadie". "En Jesucristo, dijo, el matrimonio ha pasado a ser un sacramento, por cuanto es un signo del amor con que Cristo ama a la Iglesia", añadió.
Mons. Ureña también se refirió a las nuevas leyes matrimoniales, con las que se pretenden equiparar las uniones homosexuales al matrimonio y precisó que "el pecado ha intentado alterar una institución de derecho natural, creada por Dios en el acto mismo de la creación y, por tanto, en cuanto tal no dada positivamente por Cristo sino dada de la misma creación”.