KÖNIGSTEIN,
El sacerdote iraquí liberado el pasado lunes luego de 28 días de cautiverio manifestó su voluntad de perdonar a los secuestradores. "No los odio. Rezo por ellos ahora y seguiré haciéndolo", afirmó el P. Saad Sirop Hanna en entrevista concedida a la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS).
El presbítero explicó cómo la oración por su liberación había unido a muchos iraquíes a pesar de la casi guerra civil que atraviesa su país. Agradeció "a todas las personas que me han ayudado con sus oraciones. Para mí, esto sí que ha sido un verdadero milagro. Estoy enormemente feliz de estar sano y salvo", añadió.
El P. Sirop, profesor de filosofía en el Babel College en las afueras de Bagdad, comentó también que "desde el momento en que me secuestraron, supe que Dios estaba conmigo. Empecé a rezar: 'Dios, Tú eres mi protector y estarás conmigo en mi sufrimiento'".
Asimismo, narró como después de su liberación llamó por teléfono a su hermano, quien lo recogió y lo llevó junto a su madre y otros familiares. Todos experimentaron una alegría enorme tras semanas de profunda preocupación.
Ahora, el sacerdote puede iniciar sus estudios de filosofía en Roma a través de un programa financiado por AIS. El P. Sirop fue secuestrado en Bagdad en la mañana del 15 de agosto, poco después de celebrar Misa por la festividad de la Asunción en su iglesia de San Jacobo en Dora, uno de los barrios más peligrosos de Bagdad. Se temía por la seguridad del P. Sirop, porque unas semanas antes otro sacerdote caldeo-católico de Bagdad, el P. Raad Washan, había sido torturado.
Tan sólo unos días tras la captura del P. Sirop, el Papa Benedicto XVI instó a la secuestradores, a través del Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano, a "liberar al joven sacerdote para que pueda reanudar su servicio a Dios, la comunidad cristiana y sus compatriotas".