MUNICH,
La Columna de María en Munich es junto al Santuario Mariano de Altötting, uno de los más conocidos símbolos de la piedad mariana de Baviera. El Papa Benedicto XVI eligió este monumento, que representa el pago de una promesa por un milagro que libró a la ciudad de su segura destrucción, como escenario del primer acto público en su tierra natal.
La oración que el Papa pronunció en la Columna de María en la Plaza de María en Munich, poco después de arribar a suelo alemán, tiene un especial valor simbólico pues esta advocación mariana es la Patrona de Baviera.
En plena Primera Guerra Mundial, el Rey Ludwig III y su esposa María Theresa solicitaron al entonces Papa Benedicto XV declarar a la Virgen María como Patrona Oficial de Baviera. El 26 de abril de 1916, el Papa elevó el Reino de Baviera a “Reino de María” y concedió una fiesta propia en honor de la Patrona. Por decisión de la Conferencia Episcopal en 1970 el 1 de mayo quedó establecido como su fiesta.
"Milagro de Munich"
La Columna de María se erigió en 1638 en el centro de la Plaza muniquesa. La construcción de la monolítica columna de mármol coronada por una estatua dorada de 2,15 metros de altura, se debe a una promesa del Príncipe Maximiliano I. Durante la guerra de los 30 años, en 1632, el príncipe prometió erigir la columna si Munich y Langsdorf se libraban de la destrucción que el ejército sueco dejaba a su paso, cosa que así sucedió, lo cual se consideró un verdadero milagro.
Inmediatamente luego de su bendición en 1638, la Columna se convirtió en centro de las expresiones de devoción mariana del pueblo católico en Baviera, quienes honraban a la Madre de Dios con letanías y el rezo del rosario. Siempre durante especiales situaciones de peligro y necesidad, los católicos de Baviera se han reunido a rezar al pie de la Columna.