VATICANO,
Hoy por la mañana el Papa Benedicto XVI se reunió en el Aula Pablo VI con más de siete mil peregrinos llegados de todo el mundo y continuando sus reflexiones sobre los apóstoles meditó sobre San Mateo, destacando que quien aparentemente se encuentra más lejano de la santidad puede llegar a convertirse en un modelo de acogida de la misericordia de Dios.
El Pontífice hizo notar la dificultad en el presentar al apóstol Mateo, pues “las noticias que a él se refieren son pocas y fragmentarias. Lo que podemos hacer, sin embargo, es delinear no tanto su biografía sino el perfil que transmite el Evangelio”.
Seguidamente recordó cómo en el Evangelio de Marcos “viene identificado con el hombre sentado en el banco de los impuestos, que Jesús llama a seguirlo”.
Asimismo hizo notar que “tras la descripción de la llamada se hace referencia a un milagro realizado por Jesús en Cafarnaún y se menciona la proximidad del mar de Galilea, es decir del Lago de Tiberiades. De esto se puede deducir que Mateo ejercitaba su función en Cafarnaún, donde Jesús era huésped en la casa de Pedro”.
Continuando con su reflexión el Papa dijo que “Jesús acoge en el grupo de sus íntimos a un hombre que, según las concepciones de Israel en aquel tiempo, era considerado un pecador público”.
“Mateo –prosiguió- no solo manejaba dinero considerado impuro por provenir de gente extraña al pueblo de Dios, sino que colaboraba también con una autoridad extranjera odiosamente avara, cuyos tributos podían ser determinados en modo arbitrario”.