VATICANO,
Miles de peregrinos se dieron cita el día de hoy en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien invitó a los fieles a ver en Santa Mónica un modelo de mujer sabia y sólida en la fe que invita a mantener firme la confianza en Dios y sostenerse en la oración.
Introduciendo la oración mariana, el Santo Padre hizo referencia a Santa Mónica, que la Iglesia recuerda hoy, y a San Agustín, su hijo, cuya fiesta se celebra el lunes, como dos personas “cuyos testimonios pueden ser de gran alivio y ayuda para tantas familias de nuestro tiempo”.
Sobre Santa Mónica agregó que “vivió en modo ejemplar su misión de esposa y de madre, ayudando al marido Patricio a descubrir la belleza de la fe en Cristo y la fuerza del amor evangélico, capaz de vencer al mal con el bien”.
“Muerto el marido -prosiguió el Pontífice-, Mónica se dedicó con valor al cuidado de tres hijos, entre los cuales Agustín, quien inicialmente la hizo sufrir con un comportamiento sobre todo rebelde”.
Citando palabras de San Agustín, el Papa afirmó que el santo consideraba haber sido engendrado dos veces por su madre: “la segunda necesitó de un largo recorrido espiritual, hecho de oraciones y lágrimas, coronado al final por la victoria de verlo no solo abrazar la fe y recibir el Bautismo, sino también dedicarse enteramente al servicio de Cristo”.
“¡Cuántas dificultades hay también hoy en las relaciones familiares y cuántas madres están angustiadas porque los hijos se inician en caminos equivocados!”, dijo el Papa.