BUENOS AIRES,
La Cámara En lo Civil y Comercial de Mendoza aceptó una acción de amparo con la que se frenó el aborto de un bebé concebido en una violación. Además, se reveló que el bebé tendría 20 semanas de gestación y no 12 como sostienen los demandantes.
La Cámara también separó del caso al juez Germán Ferrer por sus polémicas declaraciones. El magistrado aseguró a un diario local que si los médicos se negaban a efectuar el aborto, la madre podría iniciarles juicio por daños y perjuicios. Con estas declaraciones el juez Ferrer prejuzgó y comprometió su imparcialidad, según la Cámara.
El caso de Mendoza involucra a una joven de 25 años discapacitada embarazada presumiblemente por una violación. Basándose en un caso similar de La Plata, donde la Corte Suprema Bonaerense autorizó el aborto, los familiares de la joven hicieron el mismo requerimiento.
Al respecto, el Arzobispo de Mendoza, Mons. José María Arancibia, publicó un comunicado en el que recuerda que "bajo ninguna circunstancia se puede procurar la salud de un ser humano, lesionando de manera directa e intencional la integridad de otro ser humano, porque el fin no justifica los medios, por más noble que sea el fin".
Tras afirmar que "en una cuestión ética y humana tan fundamental no es bueno excluir, por motivos ideológicos, la perspectiva que ofrecen las tradiciones religiosas y espirituales", precisó que "nuestra sociedad parece regirse cada vez más por un pragmatismo individualista, solo sujeto al imperio de las leyes económicas. Necesita con urgencia activar sus fuerzas espirituales más profundas. La religión –aunque no solo ella– puede ofrecerle aquella alma que vivifica el tejido social abriéndolo a perspectivas más humanas".
"Las condiciones de pobreza, marginalidad, embarazos indeseados de adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo no se abordan adecuadamente con una rápida despenalización del aborto. Es otro el debate que se debe abrir en la sociedad. Sobre todo, una acción mejor coordinada para atacar en su raíz las causas de estos problemas lo que nos dará seguridad de estar construyendo una sociedad con rostro verdaderamente humano", concluye el texto.