LIMA,
El congreso de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Perú (CONFER) que tenía como objetivo presentar propuestas para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, deslizó duras críticas contra el documento de preparación de esta cita regional por omitir algunos temas que integran la controvertida agenda de Teología Marxista de la Liberación.
En el seminario teológico denominado “Vida Religiosa en perspectiva de Reino”, que se celebró sin permiso de la autoridad eclesiástica local, la Presidenta de la CONFER, Lucrecia Aliaga, criticó directamente el documento de preparación de la V Conferencia, que es una síntesis elaborada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) con los aportes recogidos de todos los obispos de América Latina y del Caribe.
Según Aliaga, “el Documento se equivoca cuando dice que el principal problema es la pérdida del sentido de la vida. Más bien nuestro pueblo lucha por la sobrevivencia, pero si algo nos enseña el pueblo, si algo hemos aprendido, es la resistencia, la fortaleza para poder vivir”
“En nuestra realidad la pobreza tiene rostros muy concretos que el Documento no los tiene tan claros. Podemos mirar muchos niños trabajadores en las calles, limpiando carros, haciendo piruetas, podemos ver muchas mujeres maltratadas”, indicó.
La religiosa también arguyó que no se puede hablar de Jesús “sin denunciar que la mujer dentro de la Iglesia sufre la marginación de toda mujer (…) si nosotros vivimos mucho sometimiento, si no hemos releído lo que es la obediencia hoy, lo que es la relación autoridad y obediencia”. ¿Por qué seguir llamando madre a una formadora? Yo hace 15 años lo decía en la CONFER ‘no la llames madre, llámala por su nombre’ (…) Nuestras historias de opresión son semejantes y a la vez diferentes; asimismo son distintas y parecidas a nuestros esfuerzos de liberación”, agregó.
“¿Puede la Iglesia prescindir del tema de género como lo hace el Documento de Preparación sin excluir a una buena parte de la humanidad? La Iglesia valora en sobre manera la maternidad femenina y la ensalza muchas veces —y no estoy en contra—, pero en la vida eclesial tengo la sensación de que hace lo mismo: nos aprecia si somos productivas, si tenemos obras concretas, no aprecian nuestro ser de religiosos y de religiosas”, señaló Aliaga.