RIO DE JANEIRO,
“Queremos proclamar que la familia fundada en el matrimonio desempeña un papel central para la Iglesia y para la sociedad” es la primera conclusión a la que llegaron cientos de brasileños en el Congreso “Familia y Medios de Comunicación: por una Cultura de Vida y de Paz”; realizado en esta ciudad el 5 y 6 de agosto.
En el mensaje final, leído por el responsable del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) en Brasil, Sr. Fernando Vidal, los participantes del evento consideran que el “amor y respeto por la familia y por la vida fue la base de la paz con la cual nuestro pueblo siempre fue bendecido”.
Sin embargo denuncian que actualmente se busca “imponer un imperialismo anti-vida y una ideología que obscurece gravemente la verdad sobre el ser humano y sobre la familia” como por ejemplo “la crisis de valores y el relativismo que caracterizan la cultura de nuestro tiempo, donde no pocas veces Dios es excluido o ‘dejado de lado’, “los atentados contra la vida y la familia: el aborto, la contracepción, la eutanasia, la eugenesia, el divorcio, las mal llamadas ‘nuevas formas de familia’ y las uniones homosexuales” y las leyes inicuas e incluso “en las políticas y agendas de organismos internacionales”.
Además de estas manifestaciones, señalan “el debilitamiento cada vez mayor de los vínculos familiares”, “la deformación del recto sentido de la sexualidad humana que genera rupturas perniciosas: entre amor y sexualidad y entre sexualidad y procreación”, los atentados “contra el derecho a la educación religiosa y moral de los hijos” y las diversas “formas de aislamiento, pobreza, desigualdad, violencia social y doméstica, y la alienación que alejan cada vez más de las familias los medios para su supervivencia y desarrollo”.
La declaración también expresa un compromiso claro de los participantes por “fortalecer los valores cristianos que fundamentan la identidad del pueblo brasileño”, “luchar por la defensa y promoción de la vida y de la familia, especialmente de los más indefensos”; “proteger los derechos de las mujeres gestantes, especialmente de las más desfavorecidas y exigir decencia en los medios de comunicación y en la Internet, así como el cumplimiento de su tarea de educar, informar con objetividad, promover valores auténticos y una sensibilidad solidaria ante los más necesitados”.
Luego de recordar que es deber del católico defender su “derecho, como ciudadanos, a que nuestras convicciones y valores católicos” sean respetados y “apoyar la acción coherente de los políticos católicos en pro de los objetivos mencionados”, los participantes del Congreso manifiestan su “SÍ a la Verdad sobre Dios, sobre el hombre y sobre la familia como luz que orienta el camino a la felicidad”, SÍ a la caridad, a la Vida y a la paz.