BEIRUT,
Ante el desastre de Caná, donde la muerte de muchos niños parece haber despertado la conciencia de la tragedia en curso, las obras salesianas en el Líbano, continúan siendo centros de esperanza y solidaridad para los refugiados.
“Actualmente son casi un millón los prófugos y desalojados en el Líbano que intentan huir de los bombardeos”, declaró el Presidente del Voluntariado Internacional para el Desarrollo, Antonio Raimondi.
El Voluntariado junto con el Don Bosco Network (DBN) continúan sosteniendo los centros de El Houssoun y Al Fidar y "lo haremos también enviando en cuanto sea posible a nuestro personal experto en ayuda de las comunidades salesianas”, dijo Raimondi.
Según relatan fuentes salesianas, la situación en los centros es cada día más complicada, así como el trabajo de muchos voluntarios locales que sin descanso tratan de garantizar a los refugiados la asistencia para distribuir bienes de primera necesidad y para implicar a los niños en actividades de animación.
En Al Fidar, se asiste a los refugiados acogidos actualmente en cuatro escuelas públicas a las que pronto se les agregarán otras. Tras haber dado con el responsable de los refugiados chiítas, el equipo de trabajo de los salesianos de Al Fidar y del Voluntariado constataron que actualmente en la región de Jbeil se encuentran más de treinta mil personas sin techo, de los cuales, la mitad son niños y jóvenes.
Son catorce los centros que acogen una parte de los refugiados, el resto está desparramado por toda la zona, en familias, en círculos deportivos, pequeños albergues y un gran número bajo tiendas de campaña en los bosques de las montañas libanesas.