REDACCION CENTRAL,
“El amor es un misterio; un reto que nos toca descubrir a cada uno de nosotros por separado”, así comienza la historia de Rocío Valencia y Claudio Selame, el primer matrimonio del sitio http://www.SolterosdelAveMaria.com, creado por católicos y para católicos que quieren formar una familia santa y fiel a las enseñanzas de la Iglesia.
Ellos se conocieron mediante el sitio web –que ya cuenta con unos mil miembros– y rápidamente entablaron una buena amistad que los llevó a enamorarse, comprometerse y después de un tiempo, casarse. En su testimonio, titulado “No tomes nunca un no por respuesta definitiva”, Rocío cuenta que Claudio le “escribía todos los días, me enviaba poemas bellísimos de alabanza a Dios, todos de su propia inspiración espiritual”.
Tiempo después de escribirse utilizando los recursos que ofrece el sitio como el intercambio de correos electrónicos y la posibilidad de chatear unos con otros; y de conversar frecuentemente por teléfono también, Rocío y Claudio pudieron conocerse cuando él viajó a Lima, Perú, desde la ciudad en que reside, Los Ángeles, Estados Unidos.
Ella relata que “la misma noche en que lo conocí”, Claudio le preguntó “’¿Te vas a casar conmigo?’ No sabía que contestarle, no lo había conocido lo suficiente, pero ante la inminente pregunta que sonaba a ‘quiero saber inmediatamente si estás interesada o no’, le conteste un tímido ‘sí’”.
Después de una serie de cuestionamientos y luego de una breve ruptura de la relación, que supuso el viaje de Rocío a California para reiniciarla, “a finales del mes de julio, por segunda vez consecutiva este hombre maravilloso que había sido capaz de soportar mis cambios inmutablemente; que había sabido acompañarme en las buenas y en las malas y demostrarme una intención de matrimonio terca, valiente y enamorada me propuso matrimonio por segunda vez”, cuenta la ahora Señora Selame.
Rocío y Claudio se casaron “por lo civil el 19 de agosto de 2005 y celebramos nuestra boda religiosa el 4 de febrero del 2006 en la ciudad de Ventura, California. Casi un año después de la partida al cielo de mi padre y de la primera venida de Claudio a Lima”.