ROMA,
Hace 300 años algunas familias católicas del distrito de Zao Qiang, de la provincia norte del He Bei, luchando por sobrevivir se trasladaron a Shang Dong, que se ha transformado en cuna de vocaciones sacerdotales y religiosas.
Según informa la agencia Fides, la inmigración se puede transformar en una oportunidad de evangelización, tal como demuestra la experiencia de los católicos que hace 300 años emigraron de Zao Qiang a la hoy diócesis de Zhou Cun. A pesar de las durísimas condiciones que encontraron a su llegada, la fe nunca fue comprometida.
Comenzaron un pequeño grupo de oración, después llegó la construcción de una capilla y finalmente, en el 1886, construyeron una bella iglesia en la aldea de Dong Yang, símbolo de esta comunidad. A través de los años el elocuente testimonio de vida cristiana, del matrimonio cristiano y del contacto cotidiano, hicieron que las poblaciones cercanas se convirtieran al catolicismo.
Así, el distrito de Bo Xing se ha transformado en cuna de vocaciones sacerdotales y vida consagrada. Además de tantos sacerdotes y religiosas que han nacido allí, hay también obispos procedentes de esta región, como el actual Obispo de la diócesis de Qing Dao, Mons. Li Ming Shu, o el Auxiliar de la diócesis de Shang Hai, Mons. Xing Wen Zhi.
Todos son activos en la evangelización y en la pastoral en diversas comunidades católicas del continente: algunos son profesores del Seminario Nacional, otros se ocupan de la pastoral parroquial, del servicio social y caritativo, de la catequesis.
La diócesis de Zhou Cun es considerada históricamente como una misión franciscana, elevada a diócesis en 1946. Según la "Guía de la Iglesia Católica en China 2004", la diócesis cuenta con 35 mil, doce sacerdotes, 60 iglesias y 360 comunidades.