VALENCIA,
El Fundador del Sodalitium Christianae Vitae (SCV), el laico consagrado peruano Luis Fernando Figari, afirmó hoy en su intervención en el Congreso Teológico-Pastoral que se realiza en Valencia con ocasión del V Encuentro Mundial de la Familia que ésta es "camino de santidad y primera línea de evangelización".
Figari advirtió de una serie de problemas que afectan a la familia en el mundo de hoy y mencionó que desde "hace ya un buen tiempo la familia viene sufriendo una crisis de grave incidencia negativa" y que "un asedio sistemático busca disociar el amor conyugal y familiar de la vida de los esposos y de la familia".
El Fundador peruano explicó también que la Familia Sodálite (grupo de asociaciones nacidas bajo la inspiración de la espiritualidad del SCV) "tiene una posición clara sobre el altísimo valor de la vida conyugal y familiar y sobre su decisiva importancia en la construcción de un mundo mejor. También, ofrece una pedagogía para cooperar con los matrimonios y para que estos cooperen entre sí en su camino a la santidad como integrantes de la Iglesia. Este camino se expresa no solamente en reflexiones y planteamientos teóricos, sino también en lo que se podría llamar un programa práctico para quien es llamado a vivir la vocación matrimonial".
Tras especificar que este programa práctico tiene cinco puntos, el también miembro consultor del Pontificio Consejo para los Laicos dijo que el primero de ellos es la aceptación de la vocación matrimonial como un llamado a la santidad y precisó que el esposo y la esposa "no se diluyen, sino que van al encuentro el uno del otro como personas, y por lo tanto el primer paso lógico y fundamental es vivir el dinamismo cristiano en uno mismo", y resaltó la importancia de trabajar "para integrar al Señor Jesús en tu propia vida".
El segundo punto de este programa consiste en "el hermoso y apasionante horizonte de integración como pareja. Es un esfuerzo conjunto, obviamente fundado en la búsqueda y respuesta al Señor Jesús de cada uno de los cónyuges". "La perseverancia y fidelidad en el matrimonio a pesar de ventiscas y problemas es una manifestación de haber tomado en serio el camino del matrimonio sacramental como vía a la plenitud de la existencia y a la santidad", agregó.
A continuación señaló que el tercer paso es el amor formativo a los hijos, "la construcción en el respeto a la dignidad de cada cual de esa familia que han recibido como don y como tarea. Cuando hay hijos, la pareja tiene que entender que ellos son plasmación de su amor, y que Dios les ha dado la responsabilidad de amarlos y educarlos como personas humanas libres, invitadas al encuentro pleno en la comunión de Dios".