VATICANO,
Al concluir su tradicional Audiencia General de los miércoles, a la que asistieron más de 25 mil peregrinos, el Papa Benedicto XVI realizó un breve pero intenso llamado a ver en la Sangre de Cristo una fuente para cesar el derramamiento de sangre de los hombres en el mundo.
El Santo Padre recordó a los peregrinos polacos que julio es “un mes en el que veneramos, tradicionalmente, la preciosísima sangre de Cristo”.
"En el mundo se derrama continuamente sangre humana inocente. En los corazones de los seres humanos, en vez de anidar el amor evangélico, a menudo anida el odio; en vez de la atención por el hombre, el desprecio y la prepotencia”.
“Rezad para que la humanidad contemporánea experimente la fuerza de la Sangre de Cristo derramada en la Cruz por nuestra salvación”, concluyó.
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