LONDRES,
El Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, líder de la iglesia anglicana, propuso que esta denominación sufra una seria división debido a la insistencia de algunas comunidades por contar con obispos homosexuales.
En una declaración publicada por su oficina ayer, Williams anticipó que para resolver las grandes diferencias sobre este tema, se pediría a las diversas comunidades que firmen un compromiso que separaría a las de "pleno derecho", que estarán en total comunión, de las "asociadas" o aquellas que no respeten el credo fundacional.
Según Williams, que lidera a los 77 millones de anglicanos de todo el mundo, con esta división se superaría el amargo trance iniciado en el año 2003 con la ordenación en Estados Unidos -donde los anglicanos reciben la denominación de episcopalianos-, de un obispo abiertamente homosexual, identificado como gene Robinson.
En su propuesta, que deberá ser debatida por la jerarquía anglicana, Williams explicó que su iglesia debe cambiar para sobrevivir.
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