VATICANO,
El Papa Benedicto XVI recibió al Obispo de Ratisbona, Mons. Gerhard Ludwig Muller, quien le confirió al Pontífice la ciudadanía honoraria de esta ciudad.
En su discurso, el Santo Padre dijo estar muy unido a esta ciudad de Baviera, y recordó que en la Universidad de Ratisbona trabajó como profesor a partir de 1969 enseñando dogmática e historia de los dogmas, y fue nombrado posteriormente Vicepresidente. "Ratisbona es una de las ciudades más antiguas de Alemania, pero es también una ciudad joven, llena de vitalidad. Las raíces antiguas se armonizan de hecho con la modernidad y una visión de futuro", indicó el Pontífice.
"Observando la catedral y las murallas antiguas de Ratisbona, comprendemos que no se debe olvidar la historia", dijo el Papa y precisó que esta ciudad es también "un ejemplo de resistencia en los tiempos oscuros de la historia".
Su Santidad recordó el célebre Coro de los Pequeños Cantores de Ratisbona, que en octubre del año pasado estuvo en el Vaticano para un concierto en su honor en la Capilla Sixtina. El Papa terminó su breve discurso con este saludo: "Hasta la vista en Ratisbona, hasta la vista en la ciudad del Danubio", en alusión a su próximo viaje a Alemania.
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