VATICANO,
Durante la Misa que celebró esta noche en Roma con ocasión de la Fiesta del Corpus Christi, el Papa Benedicto XVI señaló ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Juan de Letrán que la instauración de la Eucaristía por el Señor Jesús es el acontecimiento central del mundo y de cada persona.
En una profunda homilía, cargada de ricos conceptos teológicos y símbolos, el Pontífice recordó que la historia de Dios con los hombres está recogida en las palabras con la cual Jesús instituyó la Eucaristía en el Cenáculo.
El gesto de Jesús “es el acontecimiento central de la historia del mundo y de la historia personal de cada uno”. A través de los signos del pan y del vino “Dios se dona completamente al hombre”, dijo el Santo Padre, para destacar luego que la Eucaristía es “el alimento de los pobres a quienes el Señor ha dirigido en primer lugar su cercanía”.
El Papa recordó también que el pan es el fruto de la fatiga del hombre, pero también “de la intervención del cielo que envía la lluvia”; y es por tanto “también un don que presupone una sinergia entre el cielo y la tierra, un don que se aprecia especialmente en este tiempo en el que la desertificación amenaza extensos territorios en el mundo”.
“El pequeño pan de los pobres es la síntesis de la creación”, dijo el Pontífice, ya que “toda la creación aspira más allá de sus propias fuerzas”, pues “tiende hacia la unificación con su Creador”.
Benedicto XVI destacó sin embargo, que el pan, “fruto de tantos granos triturados, esconde también el misterio de la pasión: sólo a través del morir viene el resurgir, y sólo el Dios que muere nos conduce a la vida”.