SANTIAGO,
Unas mil personas, entre académicos, políticos, empresarios y economistas de Chile y de otros países culminaron el pasado fin de semana el 2° Congreso Iberoamericano Católicos y Vida Pública realizado en la sede central de Universidad Santo Tomás con el fin de contribuir a la tarea evangelizadora que el Papa Juan Pablo II propuso a los líderes laicos del mundo.
Entre las ponencias más importantes del evento destacó la denominada "Católicos y Vida Pública en América Latina", en que el Subsecretario Pontificio Consejo para los Laicos, Guzmán Carriquiry, invocó a los presentes a avocarse a una nueva evangelización, entre otras razones porque hay escasez de autoridades o líderes católicos. "Hay un incongruencia en la sociedad de nuestra época, que es el divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos", anotó Carriquiry.
Asimismo, Attilio Tamburrini, director en Italia de la asociación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre, resaltó en la charla titulada "La Intolerancia de la Libertad", que lamentablemente existe la posibilidad de que la libertad sea llevada a la intolerancia, al asegurar que la libertad religiosa es como un test para todos los demás derechos humanos.
Entre tanto, en la mesa redonda "Lo religioso: un Adorno, un producto o una vida", la española Raquel Balencia, Top Model en el año 2003, compartió con los presentes su convicción de bautizarse siendo adulta, tras haber descubierto que los valores cristianos eran los suyos. "Le agradezco a mis padres que durante mi infancia no le hayan puesto título a mi fe. Ellos me mostraron su mundo, pero no me obligaron a elegir. A los 18 años me tocó decidir y mi decisión sería verdadera y profunda", indicó.
Por su parte en el coloquio empresarial, el Presidente de Sudamericana de Vapores, Ricardo Claro, respondió a la pregunta "¿Cómo se Vive la Fe en tu Empresa? al señalar que la economía social de mercado sólo puede funcionar si existe ética, puesto que ella está basada en la buena fe, en el cumplimiento de la palabra y en las costumbres.
"Mi padre me enseñó que cumplir la palabra es mucho más importante que respetar una escritura pública. Y eso se lo trato de inculcar a todos mis empleados", anotó Claro.