VATICANO,
Más de 100 mil personas participaron esta mañana en la Celebración Eucarística de la Solemnidad de Pentecostés en la Plaza de San Pedro, presidida por el Papa Benedicto XVI quien en su homilía destacó la comunión como la condición puesta por Jesús para poder acoger el don del Espíritu Santo.
El Santo Padre inició su homilía afirmando que “permanecer juntos fue la condición puesta por Jesús para acoger el don del Espíritu Santo”.
Ante tal aserción el Pontífice hizo notar como a veces “se piensa que la eficacia misionera depende principalmente de una cuidadosa programación y de la sucesiva, e inteligente, puesta en obra mediante un compromiso concreto”.
“El Señor pide nuestra colaboración, pero antes de cualquier respuesta de parte nuestra es necesaria su iniciativa: es su Espíritu el verdadero protagonista de la Iglesia. Las raíces de nuestro ser y de nuestro actuar están en el silencio sabio y providente de Dios”.
Asimismo recordó que “en Pentecostés el Espíritu, con el don de las lenguas, muestra que su presencia une y transforma la confusión en comunión. El orgullo y el egoísmo del hombre crean siempre división, levantan muros de indiferencia, de odio y de violencia. El Espíritu Santo, al contrario, hace a los corazones capaces de comprender las lenguas de todos, porque restablece el puente de la auténtica comunicación entre la Tierra y el Cielo. El Espíritu Santo es el Amor”.
Más adelante explicó que Jesús cumple su promesa, pues envía “al Consolador, el Espíritu del Padre, y será el Espíritu quien hará conocer que la obra de Cristo es obra de amor: amor de Él que se ha ofrecido, amor del Padre que lo ha dado”.