VATICANO,
En una entrevista publicada por la prensa indonesia, el Secretario para las Relaciones con los Estados, Arzobispo Giovanni Lajolo, reiteró que siguiendo el principio de la separación entre los ámbitos político y religioso, la Iglesia no impone leyes civiles pero sí interviene y no puede callar “cuando se pone en cuestión la dignidad o los derechos fundamentales de los seres humanos o la libertad religiosa".
En diálogo con el diario Kompas, el Prelado se refirió a la recta comprensión de la separación entre las competencias de la Iglesia y del Estado, además de la peculiaridad del Estado de la Ciudad del Vaticano, de la actividad diplomática de la Santa Sede y del diálogo interreligioso.
Respecto a la separación de poderes entre Iglesia y Estado civil, Mons. Lajolo recordó que “la Iglesia no pretende imponer ley civil alguna, si no lo hacen las mismas fuerzas políticas. Es válido el principio fundamental de la separación entre la esfera política y la religiosa y la firme tutela de la libertad religiosa por la cual el Estado, así como no entra en la actividad de la Iglesia, tampoco está a sus órdenes”.
“La Iglesia –en la práctica los obispos de los países interesados–, quieren iluminar a los católicos y a la opinión pública del país, explicando con declaraciones públicas la posición católica sobre cuestiones morales planteadas por la legislación o por la actividad política, basándose sobre todo en argumentos racionales, accesibles también a los que no tienen fe", señaló en la entrevista publicada el 16 de abril pasado.
Sobre el particular, el Arzobispo precisó que “en el ámbito universal, la Santa Sede interviene sobre las grandes cuestiones morales planteadas por la política con documentos de varios tipos, como las encíclicas o las exhortaciones apostólicas del Papa o las instrucciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Los criterios para enjuiciar si es oportuno intervenir son diversos: la Iglesia no puede callar, de todas formas, cuando se pone en cuestión la dignidad o los derechos fundamentales de los seres humanos o la libertad religiosa”.
No confundir Estado Vaticano y Santa Sede