ROMA,
El vaticanista italiano Sandro Magister publicará el lunes un diálogo entre el Arzobispo Emérito de Milán, Cardenal Carlo Maria Martini, y el famoso bioeticista italiano Ignazio Marino, director del Centro de transplantes del Jefferson Medical College de Filadelphia, en el que el Purpurado expresa su controvertida opinión de que la vida comienza "no inmediatamente en la concepción sino después".
En la plática, el Purpurado afirma que la vida comienza "no inmediatamente en la concepción sino después" a lo que Magister añade "con las consecuencias que se derivan de ello".
El Cardenal Martini, de 79 años, es un especialista en Sagradas Escrituras y vive ahora en Jerusalén. En el diálogo con Marino, el Purpurado expresa sus puntos de vista sobre algunos temas relacionados a la vida, como su oposición a la doctrina de la Iglesia de defender la vida desde su concepción hasta la muerte natural, durante el debate en Italia sobre la fecundación artificial.
Precisamente, el Arzobispo aprueba el uso de "ovocitos en el estado de dos pronúcleos". Según él y Marino, en este estado posterior a la fecundación "no existe un signo definido que muestre la existencia de vida humana. En este caso me parece que la regla general del respeto puede conjugarse con el tratamiento técnico que usted (Marino) sugiere". "No es un embrión aún y por lo tanto puede ser manipulado sin ningún tipo de objeción moral", comenta Magister.
En cuanto a la eutanasia, el Purpurado afirma que "no podemos aprobarla nunca", pero tampoco debemos "condenar a las personas que realizan este acto cuando otra persona disminuida se lo pide por razones puramente altruistas" y exige el mismo respeto para las "personas que siguen a su conciencia en estos casos extremos".
No menos polémicas son las opiniones del Cardenal respecto al aborto: "Creo que la persona debe ser respetada, sobre todo cuando después de mucha reflexión y sufrimiento, en estos casos extremos sigue su conciencia, incluso si decide alguna cosa que yo no puedo aprobar".