BUENOS AIRES,
El Arzobispo de Buenos Aires y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Cardenal Jorge Bergoglio, presidió este martes por la noche una oración por los mártires de la fe en la que participaron el Presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner y varias autoridades gubernamentales y religiosas de diversos credos.
"Vine a compartir un oficio religioso. Nunca tuve una mala relación con la Iglesia", aseguró el jefe de Estado al salir del templo de la parroquia San Patricio del barrio porteño de Belgrano R.
En su reflexión, el Cardenal Bergoglio destacó la actitud de los que dan la vida por Jesús y sus valores y recordó que "es la consecuencia radical de seguir a Dios" y subrayó que "ojalá que el testimonio martirial de todos los que dieron la vida por la fe, ayer y hoy, nos ayude a caminar en la unidad".
Durante el oficio se recordó a todos los mártires de la fe, depositando en el altar una cruz por cada continente, donde estos dieron la vida por seguir a Jesús y sus valores.
Participaron en el acto el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; y el subsecretario de Culto, Alejandro Grossman. Asimismo, estuvieron presentes el Obispo de Quilmas, Mons. Luis Stöckler, y representantes de la Iglesia Bíblica, la Iglesia Evangélica Luterana Unida, la Convención Evangélica Bautista, de la Iglesia Anglicana y de la Ortodoxa Griega, así como de la Confraternidad judeo-cristiana, entre otros.
Tras la oración, Kirchner solicitó a las autoridades parroquiales conocer la habitación donde los cinco religiosos palotinos –los sacerdotes Pedro Dufau, Alfredo Kelly y Alfredo Leaden, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Neyra- que fueron asesinados el 4 de julio de 1976. “Da escalofríos estar allí”, comentó.