BUENOS AIRES,
El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, afirmó que los periodistas deben ser buscadores de la verdad, el bien y la belleza, durante una conferencia pronunciada en la cena mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA).
Al iniciar su discurso, el Purpurado recordó que ”comunicar es la acción de poner algo en común; la comunicación humana entraña establecer vínculos entre las personas. La comunicación es más humana cuanto más ayuda a los hombres a ser más plenamente humanos”.
Seguidamente indicó que, con humildad la Iglesia, a quien nada de lo humano le es ajeno, “quiere ofrecer sus conocimientos y su experiencia a los comunicadores y con sinceridad quiere escucharlos. Creemos que tenemos mucha riqueza para aportarnos mutuamente”.
Luego de señalar que los periodistas se presentan siempre ante la sociedad como buscadores de la verdad, el Arzobispo destacó que quien busca “la verdad es humilde; sabe que es difícil hallarla y sabe también que es más difícil encontrarla cuando uno la busca en soledad. La verdad se encuentra con otros. La verdad se anuncia con otros”.
“La verdad y el bien se potencian entre sí –continuó–. Cuando realmente se busca la verdad se lo hace para el bien. Impulsado por la verdad y el bien encontrará con idoneidad profesional las palabras y los gestos que permitan decir lo que hay que decir de la manera más cuidadosa y eficaz”. “Hasta en las situaciones más conflictivas y dolorosas hay un bien para rescatar. La verdad es bondadosa y nos impulsa hacia el bien”, agregó el Cardenal.
A continuación aseveró que son pocas las cosas tan conmovedoramente humanas como la necesidad de belleza que tienen todos los corazones. “La comunicación es más humana cuanto más bella. Una señal de alarma aparece en el horizonte cuando la vulgaridad, la vanidad, lo chabacano, no son vistos como tales sino que pretenden reemplazar a la belleza. Se da entonces ese proceso de banalización de lo humano que termina siendo esencialmente degradante”, subrayó el Purpurado.