VATICANO,
Al recordar hoy el primer aniversario del tránsito de Juan Pablo II a la gloria, el Papa Benedicto XVI resaltó el legado y los últimos días de su predecesor resaltando que “dejó una profunda huella en la historia de la Iglesia y de la humanidad”.
“El 2 de abril pasado, tal día como hoy, el amado Papa Juan Pablo II vivía a estas horas la última fase de su peregrinaje terreno, un peregrinaje de fe, de amor y de esperanza, que dejó una profunda marca en la historia de la Iglesia y de la humanidad”, dijo Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Ante decenas de miles de personas que se congregaron en el recinto vaticano, entre los que destacaban especialmente polacos, el Santo Padre recordó la agonía y la muerte del Papa Wojtyla así como diversos momentos de sus últimos días.
“Nunca olvidaremos su bendición de Semana Santa”, dijo el Papa al evocar el día de Pascua, cuando impartió la bendición Urbi et Orbi “sin poder pronunciar palabra, con el único gesto de su mano”.
“Fue la bendición más sufrida y emocionante, que ha dejado como un testimonio extremo de su voluntad de cumplir el ministerio hasta el final. Juan Pablo II murió como vivió siempre, animado por el indómito coraje de la fe, abandonándose asimismo a Dios y confiándose a la Virgen María”, añadió.
Legado: ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!