MADRID,
Una vez conocida la decisión de la organización terrorista ETA de hacer un “alto el fuego permanente”, diversos obispos españoles expresaron su beneplácito y esperanza en que esto signifique un verdadero primer paso hacia una paz estable. Sin embargo, coincidieron en ser cautelosos, pues lo que se espera es que la banda terrorista “deje verdaderamente de matar”.
El Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián reconoció, que es "un paso hacia delante", aunque precisó, "primero hay que ver qué significa un alto el fuego permanente".
“Parece que en sentido literal quiere decir un final definitivo de las hostilidades, de los ataques terroristas, y esto es lo que tenemos que esperar y exigir, que ETA renuncie definitivamente a la violencia, entregue o inutilice las armas y se incorpore a la vida democrática y política defendiendo sus objetivos políticos de manera pacífica".
ETA "no nos hace ningún favor, porque tenemos derecho a que desaparezca", dijo el Prelado y pidió a los partidos políticos españoles "que quieran ser verdaderamente democráticos" a actuar unidos "para hacer imposible la continuidad de ETA como asociación terrorista que recurre al crimen y a la extorsión para imponer violentamente sus opiniones, algo que es absolutamente intolerable".
Por su parte, el Arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol, se mostró “muy positivo” con el anuncio de la ETA de “un alto el fuego permanente”. Mons. Pujol recordó a las víctimas de la violencia terrorista e hizo votos para que se logre “la paz, la reconciliación y el perdón”.
Desde Oviedo, el Arzobispo de esta arquidiócesis, Mons. Carlos Osoro, expresó su esperanza en que el anuncio de ETA suponga "que verdaderamente deja de matar", algo "indispensable para contribuir al establecimiento de la paz".