VATICANO,
Al recibir a Su Beatitud Nerses Bedros XIX Tarmouni, patriarca de Cilicia de los Armenios (Líbano) y un grupo de peregrinos; el Papa Benedicto XVI alentó al diálogo ecuménico con los Armenios no católicos, que lleve a su total unidad en torno al primado de Pedro.
La comunidad cristiana armenia, –presente principalmente en Turquía, Armenia y Azerbaiyán– está dividida en una minoría católica y una mayoría que no reconoce el Primado de Pedro.
En su discurso, el Santo Padre recordó los sufrimientos del pueblo armenio a lo largo de los siglos y en concreto, los padecidos “en nombre de la fe cristiana, en los años de la terrible persecución conocida con el nombre tristemente significativo de ‘metz yeghèrn’ ‘el gran mal’”; término que utilizan los Armenios para referirse especialmente al genocidio de millones de cristianos lanzado por el moribundo imperio otomano (turco) a principios del siglo XX.
Sin embargo, continuó Benedicto XVI, “los armenios, que siempre se han esforzado por integrarse con su laboriosidad y su dignidad en las sociedades en las que han vivido, siguen dando testimonio –también hoy– de su fidelidad al Evangelio”.
Tras poner de relieve que la comunidad armenio-católica está esparcida por muchos países, el Papa afirmó que “en Oriente Medio, en Cilicia y, sucesivamente, en Líbano, la Providencia ha colocado al patriarcado de los armenios-católicos, al que todos los fieles armenios-católicos ven como un punto de referencia espiritual sólido por su tradición secular cultural y litúrgica”.
El Santo Padre señaló que “diversas iglesias, que reconocen a San Gregorio el Iluminador como el padre fundador común, están divididas entre ellas, aunque si en los últimos decenios todas han reanudado un diálogo cordial y fructífero para volver a descubrir sus raíces comunes”.