MADRID,
En una carta con ocasión del Día del Seminario que se celebra hoy 19 de marzo, el Arzobispo de Granada, Mons. Francisco Martínez Fernández, señaló que el desafío del secularismo en la sociedad actual exige a los sacerdotes ser santos.
Tras destacar la estrecha relación que existe el pueblo cristiano y las vocaciones sacerdotales, el Arzobispo destacó que la necesidad de “sacerdotes, y de sacerdotes santos, es mayor en ‘tiempos recios’, cuando la Iglesia, por nuestra debilidad en la fe o por las dificultades de la persecución que el Señor nos prometió, o por ambas cosas, navega por la historia en medio de tormentas”.
“En esas circunstancias, el Señor nos reclama a retornar al centro de la fe, a purificarnos, a testimoniar lo esencial: el amor del Padre, la gracia de Cristo y la comunión del Espíritu Santo, vividos en la Iglesia. Esas tormentas no debieran escandalizarnos, más bien forman parte de la vida normal de la Iglesia: así nos lo advirtió el Señor de mil maneras”, recordó el Prelado en la misiva.
Al referirse a esos “tiempos recios” y la libertad de la Iglesia, el Arzobispo señaló que “los tiempos son recios porque un laicismo dogmático y despótico, fundamentalista e intolerante, fruto a su vez del relativismo y del culto a una libertad sin sentido ni objeto, experimenta en la Iglesia, en sus personas y en sus obras, el único punto de resistencia a la pretensión de dominio absoluto sobre las conciencias y sobre las costumbres, es decir, sobre la vida entera de los hombres.
“A la vez, hay que confesar que ese laicismo puede ejercer su poder de un modo que raya en la tiranía porque encuentra frente a sí una Iglesia casi sin cuerpo, profundamente debilitada en su fe, en su comunión y en su disciplina”, añadió.
Para el Arzobispo granadino, en un contexto así, “la libertad de la Iglesia se convierte en una piedra de toque fundamental en la relación de la Iglesia con la sociedad, en un criterio de esa relación del que es preciso dar testimonio hasta con la vida, si fuese necesario”.