ROMA,
Los participantes del Primer Encuentro de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades en América Latina, celebrado la semana pasada en Bogotá (Colombia), agradecieron al Papa Benedicto XVI “su paterna cercanía y su palabra orientadora” mostrando a la Iglesia y pueblos en el continente “un abrazo lleno de amor y esperanza”.
“Gracias Santo Padre por habernos testimoniado su paterna cercanía y su palabra orientadora, mostrando a nuestra Iglesia y a nuestros pueblos un abrazo lleno de amor y esperanza”, expresaron a través de una carta los 122 responsables de 45 movimientos y nuevas comunidades, además de 32 obispos, junto con la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y una representación del Pontificio Consejo para los Laicos.
De esta manera, informa Radio Vaticano, los participantes del Encuentro, reunidos bajo el tema “Discípulos y misioneros de Cristo hoy”, agradecieron al Santo Padre la solicitud con la cual ha seguido esta iniciativa conjunta del mencionado dicasterio Pontificio y del CELAM, así como el mensaje que les quiso enviar por medio del Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Angelo Sodano.
La misiva señala que la elección del tema del Encuentro “es todo un signo de la conciencia que tiene la Iglesia de Latinoamérica de la urgencia fundamental sobre el momento que vive”. Es decir, la permanencia de la fe, su transmisión, su fructificación en todas las dimensiones de la vida de las personas, las familias y las naciones de América Latina.
La carta valora que ante el riesgo real de pérdida del patrimonio de la fe católica en América Latina, el Documento de Participación en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano destaque que “no basta hablar de ‘nueva evangelización’” y que “es necesario volver a despertar el interés por Jesucristo y su Evangelio”.
Se trata, prosigue la misiva, de una tarea especialmente ardua hoy, pues son ya muchas las personas que piensan que ya lo conocen o lo confunden con una vaga religiosidad. Por ello, hay que “recomenzar desde Cristo”, como nuevo inicio, en la novedad, actualidad, realidad y fascinación de su encuentro y seguimiento, de su comunión con Él.