MÉXICO D.F.,
El Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara, expresó su apoyo al Vaticano por la decisión de suspender la ordenación de diáconos casados en la arquidiócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, como un medio para impedir la consolidación de la llamada “iglesia indígena”.
El Cardenal, que participó en varias de las reuniones interdicasteriales que estudiaron el problema del diaconado permanente en Chiapas, como una forma de imponer gradualmente el sacerdocio casado en el sur de México, señaló que “el tema fue analizado detenidamente y durante mucho tiempo en diversas reuniones en el Vaticano; y se determinó que ya hay muchos diáconos casados en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, hay 340 con sólo 80 sacerdotes, y que ya era tiempo de fomentar las vocaciones sacerdotales”.
El Arzobispo de Guadalajara respaldó especialmente la petición que el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, hizo al Obispo mexicano de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi, para detener la promoción de la llamada “iglesia indígena” inspirada en la teología de la liberación.
“En el mundo sólo hay una Iglesia de Cristo, que es la Católica, y aunque está compuesta por distintas culturas, razas, pueblos y naciones, todos formamos una sola Iglesia y nadie, aunque tenga su propia cultura con sus propias características, puede formar una iglesia separada”, precisó el Purpurado.
Reacciones en Chiapas
Según Mons. Arizmendi, las comunidades indígenas asumieron con “dolor y tristeza” la suspensión indefinida de ordenación de diáconos casados.