VATICANO,
El Papa Benedicto XVI recibió hoy a los miembros del Círculo de San Pedro y recordó en su discurso que el amor de Cristo debe ser siempre la motivación principal de las acciones humanas.
En el encuentro que tuvo lugar en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre agradeció por el “compromiso que ponéis” en la obra del Círculo de San Pedro y “por el espíritu de fe y de amor por la Iglesia con que lo realizáis”.
El Círculo de San Pedro es la organización que ofrece anualmente al Papa el Óbolo de San Pedro. Haciendo referencia a éste, el Pontífice lo definió como “la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en el confronto de la Iglesia Universal”.
“Es un gesto –continuó– que tiene no solamente un valor práctico, sino también fuertemente simbólico, como signo de comunión con el Papa y de atención a las necesidades de los hermanos; y por esto, vuestro servicio posee un valor exquisitamente eclesial”.
Recordando su primera Encíclica, Deus Caritas Est, el Papa hizo referencia a “la segunda parte dedicada justamente al ejercicio de la caridad por parte de la Iglesia cual ‘comunidad de amor’”, y señaló que “quisiera entregaros idealmente la Encíclica, de la cual, como fieles laicos que se empeñan mucho también en acciones caritativas, sois los primeros destinatarios”.
Dirigiéndose a los presentes destacó que “la motivación principal del actuar debe ser siempre el amor de Cristo; la caridad es más que simple actividad, e implica el don de sí; este don debe ser humilde, libre de toda superioridad, y su fuerza proviene de la oración, como demuestra el ejemplo de los Santos”.