VALENCIA,
El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, recordó en su habitual carta semanal, que “cuando la familia cumple su misión educativa, contribuye al bien común y constituye la primera escuela de las virtudes sociales, de las que todos los pueblos necesitan".
Mons. García-Gasco subrayó también la "función original e insustituible de la familia en la educación de los hijos", y aseguró que el Estado no puede cancelar el derecho educativo de los padres, sino más bien respetarlo y promoverlo en todas sus vertientes.
El Prelado también recordó una serie de derechos de los padres que se derivan de la función educativa de la familia, a saber, “el derecho a elegir los instrumentos formativos conformes a sus propias convicciones y a buscar los medios que pueden ayudarles mejor en su misión educativa". Igualmente, "tienen derecho a fundar y sostener instituciones educativas, recibiendo para ello la adecuada ayuda del Estado".
Más adelante, Mons. García-Gasco animó a los padres a comprobar el "programa educativo insuperable" que ofrece la familia, a quienes recomendó "ponerlo en práctica cada día con vuestros hijos y comprobaréis la eficacia de elegir la dulzura frente a la acritud; la constancia frente a la espectacularidad; la bondad frente a la amenaza; el servicio frente a la comodidad; el desinterés frente al cálculo; el espíritu de sacrificio frente al hedonismo", señaló.
Respecto a la proximidad del V Encuentro Mundial de las Familias a realizarse en esta arquidiócesis, Mons. García-Gasco señaló que "se puede ver en él la gran fiesta de la educación familiar, la incomparable celebración del amor educativo de los padres y de las madres. Que todas las familias puedan gozar de una inigualable oportunidad, para que se reconozcan en la educación sus derechos, sus deberes y su insustituible contribución a la civilización de la dignidad humana”.
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