VALENCIA,
El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, afirma en su carta semanal que la “misión propia y singular de la familia” es “educar en el amor”; ante el próximo Encuentro Mundial de las Familias a celebrarse en su arquidiócesis en julio.
Mons. García-Gasco recuerda que el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia señala que “la familia se presenta como espacio de comunión tan necesaria en una sociedad cada vez más individualista”, que debe desarrollarse como comunidad en la vivencia del amor.
El Prelado también destaca la nueva encíclica del Papa Benedicto XVI, en la que el Pontífice habla “del amor en nuestro mundo y en la Iglesia, convencido de que aquí se encuentra el aporte más genuino de la Buena Nueva de Jesucristo en todo momento y lugar, lo que necesitamos las personas y los pueblos para ser verdaderamente dichosos”.
Para el Arzobispo de Valencia, “el amor se entiende principalmente cuando entendemos que Dios es Amor, que nos ha creado por puro don y que cuanto más y mejor nos damos a los demás, más y mejor se refleja la imagen divina en el ser humano”.
“El amor –prosigue– no se puede entender plenamente sin una educación que lo tenga por fin”, y añade que éste “genera relaciones que se viven como entrega gratuita, que respetan y favorecen en todos y cada uno la dignidad personal”.
Mons. García Gasco subraya también las cinco expresiones del amor que Juan Pablo II establecía en la exhortación apostólica Familiaris consortio: acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda; y manifiesta que estas dimensiones se viven de manera particular en la familia en el “compartir bienes y experiencias humanas”.