VATICANO,
Al recibir a los miembros de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo en visita “Ad limina”, el Papa Benedicto XVI pidió a los obispos de esta nación golpeada por los conflictos ideológicos y las confrontaciones tribales ser testigos del valor del perdón.
El Santo Padre recordó las “cicatrices profundas que han dejado en la memoria del pueblo” los sangrientos conflictos que ha atravesado ese país en los últimos años y elogió la labor de los obispos congoleños que llamaron a los responsables locales “a dar prueba de responsabilidad y de coraje, para que las poblaciones pudieran vivir en la paz y la seguridad”.
El Papa animó a la Conferencia Episcopal a “permanecer vigilante para acompañar los progresos” del proceso de pacificación y citó en numerosas ocasiones la Exhortación apostólica post-sinodal “Ecclesia in Africa”.
“Habéis subrayado –prosiguió– la necesidad de trabajar por la evangelización en profundidad de los fieles. Las comunidades eclesiásticas vivas y presentes en todas vuestras diócesis, reflejan bien esta evangelización ‘cercana’ que hace a los fieles siempre más adultos en su fe, en un espíritu de fraternidad evangélica que les lleva a reflexionar juntos sobre los diversos aspectos de la vida eclesiástica. Estas comunidades constituyen también una muralla preciosa contra la ofensiva de las sectas, que explotan la credulidad de los fieles y los extravían proponiéndoles una visión falsa de la salvación y del Evangelio, y una moral complaciente”, dijo el Papa.
Benedicto XVI insistió en la necesidad de “formación permanente de los responsables de estas comunidades, particularmente de los catequistas” para que esos centros deseen no solamente acoger “el Evangelio de Cristo sino dar testimonio de él ante los seres humanos. En estos tiempos particularmente decisivos para la vida del país, es necesario recordar a los fieles laicos la urgencia de asumir la renovación del orden temporal, llamándoles a “ejercer en el tejido social un influjo dirigido a transformar no solamente las mentalidades sino las mismas estructuras de la sociedad de modo que se reflejen mejor siempre los designios de Dios sobre la familia humana”.
os invito a la esperanza