SANTIAGO,
El Presidente de la Conferencia Episcopal Chilena (CECH) y Obispo de Rancagua, Mons. Alejandro Goic Karmelic; el Vicepresidente del mismo organismo y Obispo de Valparaíso, Mons. Gonzalo Duarte; y el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz acudieron hasta la residencia de Michelle Bachelet donde sostuvieron una reunión de media hora con la ahora Presidenta electa de Chile.
Durante la reunión, Mons. Goic expresó “a la Sra. Michelle Bachelet el apoyo de la Iglesia en todo lo que corresponda porque creemos que el gobierno de ella debe ser un gobierno muy bueno porque eso será bueno para Chile”. “Desde nuestra perspectiva como pastores vamos a orar para que su Gobierno sea exitoso y para que ojalá especialmente los sectores más desposeídos de nuestra patria puedan, en el próximo gobierno y de cara al Bicentenario, resolver parte de sus problemas”, añadió.
Seguidamente, el Prelado comentó que el discurso de Bachelet luego de conocerse el resultado de las elecciones fue “muy inclusivo, en que revela parte de su vida personal y una actitud interior de profunda capacidad de amar y de reconciliación frente a los dramas personales que tuvo que vivir. El recuerdo también emocionado de su padre fue algo que nos llegó muy hondamente, a quien ella señalaba que lo sentía muy cerca. Para nosotros eso es una expresión de fe, de una cercanía trascendente”.
Por su parte, el Cardenal Errázuriz expresó la alegría de los obispos chilenos porque el pueblo chileno ha escogido a alguien que es “un símbolo del reencuentro de los chilenos, es un símbolo de la paz entre nosotros, de un país reconciliado. Alguien que fue golpeada por el odio, pero que prefirió superar ese odio a través de la comprensión, la tolerancia, y –como ella decía– y ‘por qué no decirlo, del amor’. Yo creo que es un signo de gran esperanza”.
Asimismo, el Purpurado subrayó que "de alguna manera Chile ha expresado el reconocimiento y la gratitud que tiene hacia las mujeres. Chile lo ha vivido por la acción de la mujer en el hogar, por la educación de los hijos, también por la transmisión de la cultura, de la fe; y esperaba de alguna manera que esos valores se expresaran en una maternidad espiritual en cuanto al país, y reconocer lo que son las mujeres en nuestra patria también en la vida pública y en la vida profesional, lo que han hecho hasta ahora. Yo creo que también es un signo del valor de la mujer en nuestra patria”.
Finalmente, el Arzobispo manifestó sus deseos para que la cercanía de Bachelet con los pobres, marginados y la familia “se exprese en muchos ámbitos en los cuales esté velando por el bien de las personas que hasta ahora pueden haber estado más marginadas en el país”.