BOGOTÁ,
El Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano, descartó tajantemente que la lucha contra la pobreza justifique la violencia armada y explicó que incluso aquellos que dentro de la Iglesia han promovido las ideologías violentas sólo han confirmado “que con las armas lo único que se hace es perder la vida y quitarles la vida a los demás”.
En una entrevista concedida al diario El Tiempo, el Purpurado señaló que la guerrilla se equivoca cuando reclama que resolverá los problemas nacionales con las armas.
Ciertamente Colombia sufre “la injusticia y la desigualdad” de “manera intolerable” y hay mucha gente que pasa hambre y miseria, reconoció el Arzobispo, pero precisó que “eso no se arregla a bala. Ni asesinando civiles ni secuestrando inocentes ni bombardeando pueblos enteros. Los que sufren siempre son los más pobres, a quienes la guerrilla dice proteger. Tienen una doble moral”.
Asimismo, criticó que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no dé pasos hacia la paz. “En el gobierno anterior se hizo un esfuerzo muy grande de diálogo y fueron años de conversación sin que se llegara a ningún acuerdo; eso fue demasiado generoso porque se les dieron todas las posibilidades. ¿Cómo lo cortaron? Secuestrando un avión, asesinando civiles, no combatientes. ¿Qué mayor injusticia hay que quitarle la vida a la gente que no está metida en el conflicto?”
También se refirió a los orígenes del segundo grupo guerrillero del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que contó en sus filas con varios sacerdotes.
Según el Purpurado, “ése fue un movimiento internacional de un sector de la Iglesia que nació con la llamada ‘Teología de la Liberación’. Ciertamente, miembros de la Iglesia estuvieron muy comprometidos. Tanto el cura (Manuel) Pérez como Camilo (Torres) pensaban que para enfrentar las injusticias había que empuñar las armas. Y confirmaron que con las armas lo único que se hace es perder la vida y quitarles la vida a los demás”.