MADRID,
Con ocasión de la 92ª Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, a celebrarse este 15 de enero, los obispos españoles pidieron hacer una “lectura creyente” del fenómeno migratorio “a fin de lograr la verdadera integración social y religiosa” de éstos permitiendo de este modo la edificación de “una Europa que sepa ser casa común”.
En el mensaje titulado “Juntos construimos: el barrio, la Iglesia, la ciudad, el mundo”, los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones, hacen eco al Papa Benedicto XVI y calificaron la migración como un “signo de los tiempos” que debe ser leída “desde la fe”. “Esta lectura nos llevará necesariamente a un compromiso individual y comunitario a fin de lograr la verdadera integración social y religiosa de estos hermanos y hermanas nuestros”, apuntaron.
Los obispos señalaron que la “presencia de los inmigrantes entre nosotros, su trabajo y su aportación positiva en diversos aspectos, también en el religioso, a nuestra sociedad y a nuestra Iglesia es una auténtica riqueza para la sociedad y para la Iglesia”.
Pero, para que esto sea una realidad, recordaron los obispos citando a la Ecclesia in Europa de Juan Pablo II “que no se ceda a la indiferencia sobre los valores humanos universales y que se salvaguarde el propio patrimonio cultural de cada nación. Una convivencia pacífica y un intercambio de la propia riqueza interior harán posible la edificación de una Europa que sepa ser casa común, en la que cada uno sea acogido, nadie se vea discriminado y todos sean tratados, y vivan responsablemente, como miembros de una sola gran familia”.
De país de emigración a país de inmigración
La comisión constata en su mensaje que “España ha pasado de ser un país de emigración a un país de inmigración”. “El Siglo XX, que desde el comienzo hasta los años 80 se caracterizó por las sucesivas emigraciones de españoles a América y a determinados países europeos, experimenta en los últimos años una inversión de tendencia”, asegura el texto.