ROMA,
Numerosos católicos chinos solicitaron la construcción de un museo en honor al gran misionero jesuita, Padre Matteo Ricci, considerado un “pionero de la inculturación” al servir de puente entre oriente y occidente.
Según la agencia vaticana Fides, la labor del sacerdote es reconocida universalmente por científicos, teólogos, historiadores y expertos de todas las disciplinas; para quienes el P. Ricci es uno de los pocos misioneros que adquirió una auténtica sensibilidad china, en el respeto de la cultura local y el deseo de hacer misión en el país.
De acuerdo a la petición, el museo estaría ubicado en el cementerio donde reposan sus restos junto al de otros misioneros jesuitas, por ser éste un lugar de encuentro entre representantes religiosos, culturales y políticos, quienes llegan al camposanto para honrar al religioso.
Matteo Ricci nació el 6 de octubre de 1552 en una familia noble en Macerata (Italia). Entró en el Noviciado de la Compañía de Jesús en 1571. Partió para India en 1577 y fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1580.
El P. Ricci llegó a Macao en 1582 y a Pekín en 1601, donde entregó dones para los emperadores. Su buena relación con el emperador le permitió construir numerosos templos y conventos.
Falleció el 11 mayo de 1610 en Pekín y su figura fue honrada por el emperador chino con una solemne ceremonia, algo inédito para un extranjero.