ROMA,
Un destacado experto explicó que la instrucción vaticana que no admite en el sacerdocio a las personas con tendencias homosexuales arraigadas sólo reitera que “la homosexualidad ha siempre sido una dificultad, entre otras, que impide el acceso a las Órdenes Sagradas”.
El diario L’Osservatore Romano publicó las reflexiones de Mons. Tony Anatrella, psicoanalista y experto en psiquiatría social, sobre el reciente documento que ha suscitado una amplia polémica en sectores que desconocen las enseñanzas de la Iglesia.
El experto, que es consultor de los Pontificios Consejos para la Familia y la Pastoral de la Salud, explicó que este documento responde al pedido de obispos del mundo entero, así como de “los responsables de las vocaciones y los seminarios que se enfrentan con problemas por la homosexualidad de candidatos al diaconado y al sacerdocio y los comportamientos que derivan de algunos sacerdotes”.
Mons. Anatrella indicó que el texto se preparó por mucho tiempo y “no debe ser interpretado como un texto reactivo, redactado en algunas semanas, sino como el fruto de un vasto estudio y de una profunda reflexión”.
Según el experto, en los últimos años la homosexualidad se ha convertido en “un fenómeno cada vez más preocupante” aunque en diversos lugares se insista en presentarla como “una cualidad normal”.
La homosexualidad, aclara, “no representa un valor social y aún menos una virtud moral que podría llevar al envilecimiento de la sexualidad. No es un bien a partir del cual sería posible educar a los jóvenes. La homosexualidad no es significativa de alguna realidad simbólica humana y religiosa, que permitiría relacionar a las personas y sociedades. Urge entonces a la Iglesia reafirmar que la homosexualidad es contraria a la vida conyugal, a la vida de familia y, a la vida sacerdotal en nombre de argumentaciones antropológicas confirmadas por razones basadas en la fe cristiana”.