VATICANO,
En un discurso pronunciado ante los participantes de la sesión plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, el Papa Benedicto XVI abogó por la visión integral y trascendente del ser humano ofrecido por el pensamiento cristiano que responde a los actuales intentos reduccionistas de “abolir la frontera entre las ciencias humanas y las ciencias naturales”.
"Los seres humanos forman parte de la naturaleza y, sin embargo, como sujetos libres que poseen valores morales y espirituales, trascienden la naturaleza. Esta realidad antropológica es una parte esencial del pensamiento cristiano, y responde directamente a los intentos de abolir la frontera entre las ciencias humanas y las ciencias naturales, que a menudo se plantean en la sociedad contemporánea", dijo el Santo Padre esta mañana en la sede de las Pontificias Academias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales.
En su discurso, el Papa subrayó que “entendida correctamente, esta realidad ofrece una respuesta profunda a las cuestiones planteadas actualmente con respecto a la condición del ser humano”. Se trata de un tema que “debe seguir formando parte del diálogo con la ciencia", agregó.
Benedicto XVI puso de relieve que según "el diseño de Dios, las personas no pueden ser separadas de las dimensiones física, psicológica y espiritual de la naturaleza humana” y destacó que “aunque las culturas cambien con el tiempo, suprimir o ignorar la naturaleza que ellos reclaman 'cultivar', puede tener consecuencias graves. Por otra parte, los individuos sólo encuentran su auténtica realización cuando aceptan los elementos genuinos de la naturaleza que los constituye como personas".
"El concepto de persona sigue ocasionando una comprensión profunda del carácter único y de la dimensión social de cada ser humano. Esto es especialmente verdad en las instituciones jurídicas y sociales, donde la noción de "persona" es fundamental”, explicó.
“Sin embargo, –precisó inmediatamente– a veces, aún cuando se reconoce en declaraciones internacionales y estatutos jurídicos, algunas culturas, especialmente cuando no están profundamente iluminadas por el Evangelio, son totalmente influenciadas por ideologías de grupo o por una visión de la sociedad individualista y laicista. La doctrina social de la Iglesia Católica, que sitúa a la persona humana en el corazón y en el centro del orden social, puede ofrecer una gran aportación a la reflexión actual sobre cuestiones sociales".