MÉXICO D.F.,
Con una Eucaristía presidida por el Obispo de Tepic (Nayarit), Mons. Alfonso Robles Cota, y concelebrada por decenas de sacerdotes, concluyó en la Catedral local, el Primer Sínodo Diocesano, iniciado formalmente el 25 de marzo de 2000.
En su homilía, el Prelado destacó el acontecimiento como un momento de gracia por el cual se revisó con profundidad la realidad de la zona y descubrió las necesidades que urgen para un anunció más eficaz del Evangelio de Cristo.
“Hoy podemos decir que la Iglesia debe ser luz en nuestra sociedad, y esto sólo será posible si anunciamos a Cristo con la coherencia de nuestra vida y la conciencia de ser siempre una familia en la fe”, anotó.
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