VATICANO,
Durante el Ángelus este mediodía, solemnidad de Todos los Santos, el Papa Benedicto XVI dijo que esta festividad y la tradición de visitar las tumbas de los difuntos son una ocasión para “pensar sin temor en el misterio de la muerte y cultivar esa vigilancia incesante que nos prepara para enfrentarlo con serenidad”.
Ante miles de feligreses y peregrinos que llegaron a la Plaza de San Pedro de todas partes del mundo, el Santo Padre recordó que “hoy celebramos la solemnidad de Todos los Santos, que nos hace disfrutar de la alegría de formar parte de la gran familia de los amigos de Dios”.
Al ahondar en el significado de esta Solemnidad, el Papa dijo que "convertirse en santos significa realizar plenamente lo que ya somos en cuanto elevados en Cristo Jesús a la dignidad de hijos adoptivos".
“La vida nueva recibida en el bautismo no está sujeta a la corrupción y al poder de la muerte, y para quien vive en Cristo, la muerte es el paso de la peregrinación terrenal a la patria del Cielo, donde el Padre acoge a todos sus hijos, 'de cualquier nación, raza, pueblo y lengua', como se lee en el Libro del Apocalipsis”. De ahí que mañana se celebre la “Conmemoración de todos los fieles difuntos”, añadió el Pontífice desde sus aposentos vaticanos.
En su alocución, el Pontífice destacó el vínculo entre los difuntos y los “peregrinos en el mundo” que “se alimenta de la oración y de la participación en el sacramento de la Eucaristía”.
“En el Cuerpo de místico de Cristo las almas de los fieles se encuentran superando las barreras de la muerte, rezan las unas por las otras, realizan en la caridad un intercambio de dones”, añadió, considerando que “en esta dimensión de la fe” se entiende el que estos días se rece por los difuntos.