KÖNIGSTEIN,
El Obispo de Asmara (capital de Eritrea), Mons. Menghesteab Tesfamariam, advirtió el posible rebrote de la guerra con Etiopía, a menos que occidente interceda para reforzar los términos del tratado de cese al fuego del año 2000.
De visita en la sede de la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), el Prelado explicó que muchos soldados “aún están en el frente”, lo que hace que muchos recursos se tengan que utilizar en los militares, afectando a la sociedad y la economía local.
El Obispo de Asmara instó a que se presione a Etiopía para que este estado acepte el control de Eritrea sobre la ciudad disputada de Badme, en el límite de los dos países. “Eritrea es un país nuevo que necesita identidad. El límite es muy importante”, añadió.
Mons. Tesfamariam indicó que “los requerimientos militares mantienen a los padres alejados de sus hijos lo que genera una situación muy difícil social y económicamente –los cristianos que están alejados en el frente de batalla no pueden asistir a Misa– y si están lejos tanto tiempo pueden perder su fe con facilidad”.
La Iglesia en Eritrea está compuesta por unos 160 mil católicos –aproximadamente el cuatro por ciento de la población– y ha tenido varios problemas con el gobierno neo marxista del país, pero en opinión del Prelado la mayor amenaza proviene de las sectas fundamentalistas cristianas.
falta de formación en doctrina