VATICANO,
El Papa Benedicto XVI destacó este domingo durante la celebración eucarística por motivo de la clausura del Año de la Eucaristía y del Sínodo de los Obispos, que la Eucaristía es fuente de santidad y alimento espiritual para la misión en el mundo, don y misterio que se nos manifiesta y comunica la plenitud del amor de Dios.
Aliniciar su homilía, el Santo Padre hizo notar como “Jesús realiza en sí mismo y en la propia acción salvífica la síntesis viviente de lasdos grandes palabras de la antigua Alianza: ‘Amarás al Señor tu Dioscon todo el corazón’ y ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo’”.
“En la Eucaristía –continuó– nosotros contemplamos el Sacramento de esta síntesis viviente de la ley: Cristo nos entrega en sí mismo la plena realización del amor a Dios y del amor a los hermanos”.
Asimismo el Papa recordó a todos los fieles, y de manera particular dirigiéndose a los más de 300 Padres Sinodales presentes, que “la contemplación de la Eucaristía debe animar a todos los miembros de la Iglesia, en primer lugar a los sacerdotes, a reavivar su compromiso de fidelidad”.
Sobre el celibato dijo que éste “se funda sobre el misterio eucarístico” y que “los presbíteros lo han recibido como don precioso y signo del amor indiviso hacia Dios y hacia el prójimo”.
Dirigiéndose a los laicos los exhortó a que “la espiritualidad eucarística sea el motor interior de toda actividad” y recordó que “ninguna dicotomía es admisible entre la fe y la vida en su misión de animación cristiana en el mundo”.