VATICANO,
Durante la apertura de la 18° Congregación General del Sínodo sobre la Eucaristía, el Papa Benedicto XVI presentó a cada uno de los obispos participantes un anillo con un emblemático símbolo eucarístico: El pelícano.
Según explicó la Sala de Prensa, “esta ave, que vive en las orillas de lagos y ríos en las regiones cálidas, da de comer a sus pequeños con el alimento que extrae con el pico de la bolsa de piel del pecho. Antiguas leyendas imaginaron que el pelícano nutre a sus pequeños con su propia carne. La tradición cristiana, precisamente por esto, a partir del medioevo, comenzó a utilizar el pelícano como símbolo eucarístico, viendo en su sangre vivificadora la figura de la sangre redentora de Cristo”.
Por esta misma razón, explica el comunicado, “Cristo eucarístico, en el himno ‘Adoro te devote’, atribuido a Santo Tomás de Aquino, es llamado ‘Pie pellicane’ (‘Pelícano santo’). El anillo incluye el escudo del Pontífice en la parte interna.
El “Enchiridion”
El martes, el Arzobispo Nicola Eterovic, Secretario General del Sínodo de los Obispos, ofreció al Papa Benedicto XVI la primera copia, encuadernada en color blanco, del primer volumen de Enchiridion del Sínodo de los Obispos, obra que sale a la luz en ocasión del 40º Aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos.
La obra es una recolección de documentos relativos al Sínodo de los Obispos, desde sus orígenes hasta 1988; que según los editores, es “de gran interés no sólo para los miembros del Colegio Episcopal, sino también para investigadores, historiadores y teólogos, a quienes provee de una documentación de suma importancia para la vida y la misión de la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II”.