NUEVA YORK,
El Nuncio Apostólico en las Naciones Unidas, Mons. Celestino Migliore, afirmó que la humanidad “merece estar libre de la amenaza de la propia destrucción”, ante representantes del mundo en la sede de la ONU.
Esta mañana ante el Comité de Desarme y Seguridad de la ONU, Mons. Migliore señaló que “durante los últimos meses, la comunidad internacional esperaba que los asuntos de desarme y la no-proliferación fueran tratados por los líderes del mundo que vinieron a la cumbre por el 60º aniversario de las Naciones Unidas”.
“De hecho el borrador del documento llamaba a ‘continuar e intensificar las negociaciones con vista a avanzar en el desarme general y a fortalecer el régimen de no-proliferación’. Alentaba a fortalecer el tratado de no-proliferación nuclear y las convenciones sobre armas biológicas y químicas. Se sugerían algunos pasos específicos, pero esto no apareció en el documento final”, añadió el Prelado.
“Aunque la Convención para la Supresión de Actos de Terrorismo Nuclear –prosiguió el Nuncio ante la ONU– fue un paso importante hacia la reducción del riesgo del terrorismo nuclear, aún es deplorable que la conferencia de revisión sobre la no-proliferación en mayo haya terminado sin una decisión importante. Las armas nucleares se están convirtiendo en un aspecto permanente de las doctrinas militares, y se ha visto un alarmante aumento de 20 por ciento durante los últimos años”.
Recordó que “la Santa Sede vuelve a enfocarse en la importancia del control de armas y el desarme, que son pilares fundamentales para la arquitectura de la paz”. “Todos los miembros de las Naciones Unidas tienen el deber de trabajar en los elementos técnicos, políticos y legales que se encuentran en la agenda del desarme”, añadió Mons. Migliore. “Este deber –prosiguió– se vuelve más relevante ya que todos sabemos que la seguridad de todos está relacionada con el desarme. Debemos resaltar los beneficios económicos que traen las medidas del desarme. Las alternativas de desarrollo al militarismo, deben ser una tarea constante para este Comité.
Para el Prelado, el Comité de Desarme debe buscar también “erradicar, local, nacional, regional y globalmente las armas pequeñas y ligeras. Así podremos avanzar en la construcción de la paz y en la seguridad humana”.