VATICANO,
El Cardenal Angelo Scola, Patriarca de Venecia (Italia), y Relator General del Sínodo, señaló durante la extensa relación de apertura del Sínodo sobre la Eucaristía que los sacerdotes casados que proponen algunos ante la escasez de presbíteros no son una solución pertinente.
Al referirse al problema de la escasez de presbíteros, el Patriarca de Venecia señaló que “se debe afrontar con coraje en el panorama de la Eucaristía como don”; y señaló que “es una buena práctica pastoral alentar al máximo la participación a la Eucaristía en una de las comunidades de la diócesis, aún cuando esto requiera un cierto sacrificio”.
“Los sacrificios –agregó–, y hasta el heroísmo, cumplidos por no pocos cristianos perseguidos por vivir la Eucaristía, muestran que su ausencia nunca puede ser colmada por otras, aunque significativas, formas de culto. Deseamos por ello rendir homenaje a la extraordinaria experiencia eucarística del difunto Cardenal Van Thuan durante su encarcelamiento”.
El Cardenal destacó luego que para atender a la escasez de sacerdotes, algunos, guiados por el principio de que salus animarum suprema lex (la salvación de las almas es el bien supremo), proponen ordenar fieles casados, de comprobada fe y virtud, los llamados ‘viri probati’”.
“Es superfluo –respondió el Purpurado– insistir aquí sobre los motivos teológicos profundos que han conducido a la Iglesia latina a unir la atribución del sacerdocio ministerial al carisma del celibato. Se impone, más bien, la pregunta: ¿Esta elección y esta práctica son pastoralmente válidas aún en casos extremos como los que aquí han sido mencionados?"
“Parece razonable responder en sentido positivo”, dijo el Cardenal Scola; pero luego explicó que el sacerdocio ordenado “no puede ser considerado un derecho”.